lunes, 13 de febrero de 2012

STANLEY KUBRICK l : Cronografía de una lógica





Stanley Kubrick: Cronografía de una lógica.
Por Sol Cuntin.




Por su  perfeccionismo y meticulosidad en la utilización de la técnica, por su organicidad  temática y estilística y por su particular metodología a la hora de encarar el proceso creativo, la obra de Stanley Kubrick constituye un hito en la historia del cine contemporáneo. Por este motivo, decidimos rendirle un homenaje que continuará en el próximo número, mediante un análisis de sus comienzos hasta el film “Dr. Strangelove or: How I learned to stop Worrying and Love the Bomb” (1964), titulada “¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú.” en el mercado hispano
  
Filmografía analizada

Day of the figth (1951)
Flyng padre (1952)
The Seafarers (1953)
Fear and Desire (1953)
Killer ´s Kiss/ El beso del asesino (1955)
The Killing / Atraco perfecto (1956)
Paths of Glory/ Senderos de Gloria (1957)
Spartacus/ Espartaco (1960)
Lolita (1962)
Dr. Strangelove or: How I learned to stop Worrying and Love the Bomb/ ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú. (1964)
  


Un Autor

Desde sus primeras incursiones en el campo del cortometraje, la labor creativa de Kubrick se despliega más allá de la dirección: realiza el guión, la dirección de fotografía y el sonido de Day of the fight” (1951); el guión y la dirección de fotografía de Flyng Padre (1952) y la dirección de fotografía de The Seafarers (1953). Ese sano afán de autonomía lo conducirá a la difícil empresa de tener completo control sobre sus films. No siempre lo ha logrado y sin embargo, la noción de autoría no debería circunscribirse a desentrañar la coherencia de su universo temático y estético, ya que su metodología de trabajo será uno de los factores determinantes de la calidad artística de sus obras.
Se produce un tránsito desde las primeras películas de bajo presupuesto hacia películas cada vez más costosas, no sólo por la producción, sino también por la meticulosidad en la implementación de la técnica y por la exhaustiva investigación y documentación de los temas a tratar. Ello lo condujo a una serie de proyectos truncados, a pesar de haber llegado hasta una fase avanzada de preproducción. Los films que se llevan a la  pantalla le demandan cada vez más años de preparación. (Cuatro años en la gestación de 2001, una odisea del espacio y tres años para El Resplandor.)  Los lapsos de tiempo entre la realización de una película y la siguiente, serán cada vez más espaciados y ello lo conduce a realizar sólo tres films en los últimos veinticinco años de actividad. 
Luego de Atraco Perfecto, su tercer largometraje, deja de crear sus propias ficciones escogiendo fuentes literarias. No se trata siempre de rigurosas adaptaciones, sino que muchas veces se inspira en los personajes o en la temática, distanciándose a posteriori de la obra originaria.
Entre 1955 y 1962 recurre casi ininterrumpidamente al productor James B. Harris. En los inicios de su carrera, Harris financia parcialmente Atraco Perfecto. A partir de este film se funda la Harris-Kubrick Pictures. Junto a él realizará  Senderos de Gloria y retomará el lazo laboral para la realización de Lolita, luego de la experiencia insatisfactoria de Espartaco, con producción de Kirk Douglas. Allí culmina el lazo laboral con Harris. En su proxima película, ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú encarnará los roles de productor, director y guionista.

Sus comienzos

Incursiona inicialmente en el arte a través de la imagen fija, desempeñándose en la elaboración de reportajes fotográficos para la revista Look. Hay cierta reminiscencia de su actividad como fotógrafo en El beso del asesino. Luego de la presentación del boxeador Vincent Rapallo, se suceden una serie de planos detalle de fotografías de su universo familiar. Previamente diversos afiches en la vía pública operaban como informantes de su próxima pelea. En los inicios de la relación con Glorie, Rapallo la interroga durante el desayuno sobre las fotografías familiares, las cuales son mostradas nuevamente en planos muy cercanos. Su primer cortometraje, Day of the Fight, probablemente sea el germen de El beso del asesino, puesto que allí se narra un día en la vida de un boxeador, inspirándose en un reportaje realizado para  Look.
Sus primeros films son documentales. Ello de algún modo constituirá el antecedente de la estética realista y veraz de las escenas de combate de Senderos de Gloria y de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú. En Senderos de Gloria se emplea la fragmentación de planos de corta duración para otorgar ritmo y tensión. Ello se complementa con la cámara en mano, la utilización del zoom o el fuera de foco, con referencia de los cuerpos de los soldados cuyas siluetas se vislumbran muy cercanas. Este último recurso se emplea de manera muy similar durante el ataque de los soldados a la base del Gral. Ripper en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, confiriendo realismo en un marco de situaciones propias de la comedia que lindan con el quiebre de la verosimilitud.  

Sus estilemas

Uno de los rasgos más ostensibles del empleo de la puesta en escena Kubrickiana es la movilidad de la cámara. El uso del travelling lateral o del plano secuencia con paneos y reencuadres, se erige como huella de escritura haciendo notoria la presencia simbólica del director. El travelling enfatiza un suceso que engendra el suspense o la violencia. Ya sea la imagen onírica con efecto negativo por el desértico callejón en El beso del asesino, o la recurrencia del mismo en Senderos de Gloria, en la cual se intensifica el movimiento lateral con el empleo de la subjetiva y del steady cam. Ambos recursos formales se utilizan para acentuar las relaciones de poder. Los soldados son presentados en grupo, homogeneizados y estáticos ante sus superiores que los observan y los instan al combate. En los instantes previos a la ejecución de los chivos expiatorios seleccionados entre las tropas, que se corresponde con el climax, se recurre nuevamente al travelling lateral.
La utilización del contrapicado intensifica la construcción del texto actoral, exaltando la interpretación de Peter Sellers, Kirk Douglas o Sterling Hayden, que encarnan reiterativamente a los héroes extraviados o justicieros de Kubrick
En Senderos de Gloria se utilizan el gran angular y los primeros planos, durante la acusación de los soldados ante el tribunal. Sus rostros levemente deformados transmiten al espectador la sensación de vulnerabilidad ante la inminente condena. A Dax (Kirk Douglas) se lo encuadra en un primer plano contrapicado en el momento en que realiza un alegato de justicia y sentencia simbólicamente al tribunal que ha ordenado las ejecuciones.
Espartaco (nuevamente Kirk Douglas) es presentado como esclavo en un plano levemente picado, demostrando su violencia y su rebeldía. A lo largo del desarrollo narrativo, la caracterización del personaje se invierte: Espartaco como gladiador repele la violencia gratuita, sino es en el marco de la batalla. Por ende, el héroe se rige por la ética y el anhelo de justicia.  Espartaco se convierte en vocero de los oprimidos y los insta a formar un ejército de gladiadores para conquistar su libertad. Se alternan tres líneas de acción: planos generales de los nobles que estaban siendo obligados a pelear como animales, planos de los gladiadores y diversos planos medios en contrapicado de Kirk Douglas. Nótese que tanto en este film como en Senderos de Gloria, Douglas interpreta personajes análogos que intentan impartir valores antitéticos a los de las altas esferas de poder.
Sterling  Hayden interpreta al gral. Ripper en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú. El actor había trabajado antes con Kubrick en Atraco perfecto, encarnando al cabecilla Johnny Clay. En ambos casos, Hayden interpreta a un líder. Johnny es un meticuloso estratega que emplea la racionalidad en la ejecución de un robo colectivo en un hipódromo. Por el contrario, Ripper tiene una conducta demencial ejecutando una orden de bombardeo que conlleva al desastre nuclear. En ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú se encuadra al actor en primeros o en primerísimos primeros planos contrapicados que exaltan su poder. El canon genérico de la comedia trabaja con personajes tipo. Por lo tanto, resulta verosímil que los mismos tengan conductas extremas. Los generales Ripper y Turgidson y el Dr. Strangelove, son excéntricos,  irresponsables y bordean la locura.
La estructura narrativa de la mayoría de los films de Kubirck se construye en torno al despliegue de una lógica; Atraco perfecto es el mayor paradigma y en  ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú la ideación de una estrategia resulta quebrantada, aun cuando se brinden datos estadísticos que aportan realismo y “rigurosidad científica”.

A pesar de que el  diseño de la iluminación responde a diversos criterios, pueden detectarse ciertos patrones comunes que ya están presentes en Atraco perfecto, enmarcada dentro de los cánones del cine negro. Aquí la opulencia visual se vislumbra en pronunciados contrastes lumínicos. En la primera reunión nocturna entre Clay y los otros ejecutantes del robo, una luz muy intensa proveniente de una enorme lámpara, baña los rostros de los personajes mientras el fondo permanece totalmente en penumbras. La misma estética de iluminación se utiliza en el vestuario del hipódromo, donde se guarda el rifle con el que se matará al caballo ganador para obtener el dinero de las apuestas y robar el dinero. El carácter amenazante de este espacio pequeño y claustrofóbico se subraya por la cruda luz cenital proveniente del velador. 




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