lunes, 8 de julio de 2013

CULTURAS



Mario Bunge



Suele pensarse la cultura como un bloque sólido.  Pero no lo es. La cultura está dividida en capas que, a semejanza de las geológicas, apenas se penetran recíprocamente.  En efecto, la cultura contemporánea tiene cuatro capas: popular, superior tradicional, científico-técnica y comercial.

La cultura popular o folk está hecha de creencias y artes populares, desde la religión hasta el tango. La cultura superior tradicional es la compuesta por las artes refinadas y las disciplinas humanísticas.  A ella pertenecen  tanto la literatura, la música y el cine, como el derecho, la narrativa histórica y la filosofía.  
La cultura científico-técnica abarca desde la matemática y la astronomía, hasta la medicina y el estudio de la administración Finalmente, la cultura comercial comprende las novelas rosas, el rock, la homeopatía, el psicoanálisis, la memetica y la new age.

La cultura popular es espontánea, excepto en lo que respecta a la religión organizada.. Es en gran parte anónima.  Se cultiva por gusto o convicción y no requiere estudios especializados prolongados.  Se hace en familia, grupo de amigos,clubes, orfeones, teatros experimentales y otras asociaciones populares.  El arte popular es el único arte por el arte; el único que no se práctica para ganar dinero ni para propagar ideologías.  Aunque a menudo tosco, el arte popular es ingenuo y puro.  Tanto, que ha inspirado a grandes artistas pertenecientes a la cultura  superior, Ejemplos: El Romancero de Heinrich Heine o los  murales de Diego Rivera.
La cultura superior tradicional es la de las clases dirigentes. Es predominantemente libresca, no usa símbolos matemáticos, diagramas técnicos, estadísticas, ni instrumentos de medición que no se encuentren en un mercado.  Es la cultura de quienes leen, escriben y trazan, - palabras, notas musicales o pinceladas – por gusto o por necesidad profesional. Es la de quienes producen o consumen poesía o música, teatro o ballet, historia o filosofía.

La cultura científico-técnica es característica de las naciones altamente industrializadas.  aunque nació en la Antigüedad clásica, recién el la Edad Moderna se convirtió en el motor de la civilización.  Es aún más elitista que la cultura superior tradicional.  Pero la elite en cuestión no es social sino intelectual.  No es una elite de poder sino de conocimiento.  Y no de conocimiento cualquiera sino de conocimiento de actualidad y en parte verdadero.

Finalmente, la cultura comercial, nacida en el siglo XIX, es hoy un sector importante del mundo de los negocios.
Baste pensar en las ganancias de  las empresas cinematográficas, de los grupos de rockeros, de los editores de novelas rosas y publicaciones sensacionalistas,  y de la industria homeopática y psicoanalítica.
Las cuatro culturas están ¨vivas¨, o sea, siguen cambiando.  Pero la cultura popular está decayendo porque está siendo reemplazada por la comercial.  Los jóvenes pueblerinos ya no se reúnen para hacer o escuchar honesta música popular, prefieren escuchar ¨música ¨ compuesta por analfabetos musicales hábiles en el manejo de artefactos electrónicos y más duchos en contorsiones que en poesía.  Su mensaje, cuando lo tiene, es ya cursi, ya violento.  Ya sea que se acepte o se rechace, esta evaluación negativa de  la cultura comercial, no podrá negarse que está matando a la popular.
En cambio la cultura superior  tradicional, sigue avanzando, aunque no en todas sus ramas.  En particular, hay más novelistas que nunca y especialmente buenos, en el Tercer Mundo.  Por ejemplo, hay por lo menos una veintena de novelistas indios de primera calidad. (Desgraciadamente, casi todos ellos se han expatriado).  También hay más artistas plásticos que nunca.  Por ejemplo, en Nueva York y sus alrededores hay unos 150.000 artistas plásticos, o  que se creen tales.  Las buenas academias de música, desde Nueva York hasta Tokio, forman contingentes numerosos de ejecutantes cada vez más perfectos.  Pero, en mi opinión, ya casi no se escribe música culta original desde los tiempos de Prokofiev.

De todas las culturas, la más creadora y la que avanza más rápidamente es la científico-técnica.  Para convencerse de esto basta fijarse la enorme cantidad de asombrosas novedades biológicas (sobretodo neurocientíficas) y médicas que se anuncian todas las semanas.  Otra zona de actividad frenética  es la computación y, en particular la simulación de procesos que, cuando ocurren en el cerebro vivo, llamamos inteligentes.

En suma, la cultura contemporánea es múltiple, no todos sus componentes valen igual y no todos merecen  el apoyo del contribuyente.













Mario Bunge
Nacido en Buenos Aires en 1919 , se doctoró en ciencias Fisicomatemáticas .
Obtuvo Quince doctorados Honoris causa y pertenece a cuatro academias . Fundo la Universidad Obrera Argentina y la revista Minerva.

Este Articulo fue Publicado en el libro “100 Ideas” El Libro para pensar y discutir en el café   -  2006



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