Stanley Kubrick: Cronografía de
una lógica.
Por Sol Cuntin.
Por su perfeccionismo y meticulosidad en la utilización de la
técnica, por su organicidad temática y estilística y por su particular metodología a la
hora de encarar el proceso creativo, la obra de Stanley Kubrick constituye un
hito en la historia del cine contemporáneo. Por este motivo, decidimos rendirle
un homenaje que continuará en el próximo número, mediante un análisis de sus
comienzos hasta el film “Dr. Strangelove or: How I learned to stop Worrying and
Love the Bomb” (1964), titulada “¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú.” en el
mercado hispano
Filmografía analizada
Day of the figth (1951)
Flyng padre (1952)
The Seafarers (1953)
Fear and Desire (1953)
Killer ´s Kiss/ El beso del asesino (1955)
The Killing / Atraco perfecto (1956)
Paths of Glory/ Senderos de Gloria (1957)
Spartacus/ Espartaco (1960)
Lolita (1962)
Dr. Strangelove or: How I
learned to stop Worrying and Love the Bomb/ ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú. (1964)
Un Autor
Desde sus primeras
incursiones en el campo del cortometraje, la labor creativa de Kubrick se
despliega más allá de la dirección: realiza el guión, la dirección de fotografía
y el sonido de Day of the fight”
(1951); el guión y la dirección de fotografía de Flyng Padre (1952) y la dirección de fotografía de The Seafarers (1953). Ese sano afán de
autonomía lo conducirá a la difícil empresa de tener completo control sobre sus
films. No siempre lo ha logrado y sin embargo, la noción de autoría no debería
circunscribirse a desentrañar la coherencia de su universo temático y estético,
ya que su metodología de trabajo será uno de los factores determinantes de la
calidad artística de sus obras.
Se produce un
tránsito desde las primeras películas de bajo presupuesto hacia películas cada
vez más costosas, no sólo por la producción, sino también por la meticulosidad
en la implementación de la técnica y por la exhaustiva investigación y documentación
de los temas a tratar. Ello lo condujo a una serie de proyectos truncados, a
pesar de haber llegado hasta una fase avanzada de preproducción. Los films que se
llevan a la pantalla le demandan
cada vez más años de preparación. (Cuatro años en la gestación de 2001, una odisea del espacio y tres años
para El Resplandor.) Los lapsos de tiempo entre la
realización de una película y la siguiente, serán cada vez más espaciados y
ello lo conduce a realizar sólo tres films en los últimos veinticinco años de
actividad.
Luego de Atraco Perfecto, su tercer largometraje,
deja de crear sus propias ficciones escogiendo fuentes literarias. No se trata
siempre de rigurosas adaptaciones, sino que muchas veces se inspira en los
personajes o en la temática, distanciándose a posteriori de la obra originaria.
Entre 1955 y 1962
recurre casi ininterrumpidamente al productor James B. Harris. En los inicios
de su carrera, Harris financia parcialmente Atraco
Perfecto. A partir de este film se funda la Harris-Kubrick Pictures. Junto
a él realizará Senderos de Gloria y retomará el lazo
laboral para la realización de Lolita, luego
de la experiencia insatisfactoria de Espartaco,
con producción de Kirk Douglas. Allí culmina el lazo laboral con Harris. En
su proxima película, ¿Teléfono rojo?
Volamos hacia Moscú encarnará los roles de productor, director y guionista.
Sus comienzos
Incursiona inicialmente en el
arte a través de la imagen fija, desempeñándose en la elaboración de reportajes
fotográficos para la revista Look.
Hay cierta reminiscencia de su actividad como fotógrafo en El beso del asesino. Luego de la presentación del boxeador Vincent
Rapallo, se suceden una serie de
planos detalle de fotografías de su universo familiar. Previamente diversos
afiches en la vía pública operaban como informantes de su próxima pelea. En los
inicios de la relación con Glorie, Rapallo la interroga durante el desayuno sobre
las fotografías familiares, las cuales son mostradas nuevamente en planos muy
cercanos. Su primer cortometraje, Day of
the Fight, probablemente sea el germen de El beso del asesino, puesto que allí se narra un día en la vida de
un boxeador, inspirándose en un reportaje realizado para Look.
Sus primeros films son
documentales. Ello de algún modo constituirá el antecedente de la estética
realista y veraz de las escenas de combate de Senderos de Gloria y de ¿Teléfono
rojo? Volamos hacia Moscú. En Senderos
de Gloria se emplea la fragmentación de planos de corta duración para
otorgar ritmo y tensión. Ello se complementa con la cámara en mano, la
utilización del zoom o el fuera de foco, con referencia de los cuerpos de los
soldados cuyas siluetas se vislumbran muy cercanas. Este último recurso se
emplea de manera muy similar durante el ataque de los soldados a la base del
Gral. Ripper en ¿Teléfono rojo? Volamos
hacia Moscú, confiriendo realismo en un marco de situaciones propias de la
comedia que lindan con el quiebre de la verosimilitud.
Sus estilemas
Uno de los rasgos
más ostensibles del empleo de la puesta en escena Kubrickiana es la movilidad
de la cámara. El uso del travelling lateral o del plano secuencia con paneos y
reencuadres, se erige como huella de escritura haciendo notoria la presencia
simbólica del director. El travelling enfatiza un suceso que engendra el
suspense o la violencia. Ya sea la imagen onírica con efecto negativo por el desértico
callejón en El beso del asesino, o la
recurrencia del mismo en Senderos de
Gloria, en la cual se intensifica el movimiento lateral con el empleo de la
subjetiva y del steady cam. Ambos recursos formales se utilizan para acentuar
las relaciones de poder. Los soldados son presentados en grupo, homogeneizados
y estáticos ante sus superiores que los observan y los instan al combate. En
los instantes previos a la ejecución de los chivos expiatorios seleccionados
entre las tropas, que se corresponde con el climax, se recurre nuevamente al
travelling lateral.
La utilización del
contrapicado intensifica la construcción del texto actoral, exaltando la
interpretación de Peter Sellers, Kirk Douglas o Sterling Hayden, que encarnan
reiterativamente a los héroes extraviados o justicieros de Kubrick
En Senderos de Gloria se utilizan el gran
angular y los primeros planos, durante la acusación de los soldados ante el
tribunal. Sus rostros levemente deformados transmiten al espectador la
sensación de vulnerabilidad ante la inminente condena. A Dax (Kirk Douglas) se
lo encuadra en un primer plano contrapicado en el momento en que realiza un
alegato de justicia y sentencia simbólicamente al tribunal que ha ordenado las
ejecuciones.
Espartaco
(nuevamente Kirk Douglas) es presentado como esclavo en un plano levemente
picado, demostrando su violencia y su rebeldía. A lo largo del desarrollo
narrativo, la caracterización del personaje se invierte: Espartaco como
gladiador repele la violencia gratuita, sino es en el marco de la batalla. Por
ende, el héroe se rige por la ética y el anhelo de justicia. Espartaco se convierte en vocero de los
oprimidos y los insta a formar un ejército de gladiadores para conquistar su
libertad. Se alternan tres líneas de acción: planos generales de los nobles que
estaban siendo obligados a pelear como animales, planos de los gladiadores y
diversos planos medios en contrapicado de Kirk Douglas. Nótese que tanto en este film como en Senderos de Gloria, Douglas interpreta personajes análogos que
intentan impartir valores antitéticos a los de las altas esferas de poder.
Sterling Hayden interpreta al gral. Ripper en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú. El
actor había trabajado antes con Kubrick en Atraco
perfecto, encarnando al cabecilla Johnny Clay. En ambos casos, Hayden interpreta
a un líder. Johnny es un meticuloso estratega que emplea la racionalidad en la
ejecución de un robo colectivo en un hipódromo. Por el contrario, Ripper tiene
una conducta demencial ejecutando una orden de bombardeo que conlleva al
desastre nuclear. En ¿Teléfono rojo?
Volamos hacia Moscú se encuadra al actor en primeros o en primerísimos
primeros planos contrapicados que exaltan su poder. El canon genérico de la
comedia trabaja con personajes tipo. Por lo tanto, resulta verosímil que los
mismos tengan conductas extremas. Los generales Ripper y Turgidson y el Dr.
Strangelove, son excéntricos,
irresponsables y bordean la locura.
La estructura
narrativa de la mayoría de los films de Kubirck se construye en torno al
despliegue de una lógica; Atraco perfecto
es el mayor paradigma y en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú la
ideación de una estrategia resulta quebrantada, aun cuando se brinden datos
estadísticos que aportan realismo y “rigurosidad científica”.
A pesar de que
el diseño de la iluminación
responde a diversos criterios, pueden detectarse ciertos patrones comunes que
ya están presentes en Atraco perfecto, enmarcada
dentro de los cánones del cine negro. Aquí la opulencia visual se vislumbra en pronunciados
contrastes lumínicos. En la primera reunión nocturna entre Clay y los otros
ejecutantes del robo, una luz muy intensa proveniente de una enorme lámpara,
baña los rostros de los personajes mientras el fondo permanece totalmente en
penumbras. La misma estética de iluminación se utiliza en el vestuario del
hipódromo, donde se guarda el rifle con el que se matará al caballo ganador
para obtener el dinero de las apuestas y robar el dinero. El carácter
amenazante de este espacio pequeño y claustrofóbico se subraya por la cruda luz
cenital proveniente del velador.
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